Rubén Márquez
Editor - TriviaDurante los últimos años se ha hablado abiertamente del milagro económico surcoreano, de cómo Corea del Sur ha conseguido transformar al país en apenas medio siglo saltando de niveles extremos de pobreza a convertirse en una de las economías líderes del mundo. De lo que no se habla tanto, en cambio, es de cómo esa transformación ha traído bajo el brazo una insólita carga de presión hacia niños y estudiantes. La clave está en un dato de lo más revelador, que el 84% de los niños acuden a los hagwon con apenas 5 años.
La explosión de estos hagwon, academias privadas que han crecido hasta cifras que rozan las 100.000 en el país de forma meteórica, resultan imprescindibles para la mayoría de la población a la hora de maximizar los resultados de sus hijos cuando llegue la hora de enfrentarse al suneung, el examen de Corea del Sur para acceder a la universidad. Sin embargo, esa obsesión por la rivalidad en las aulas está llevando a las familias surcoreanas a gastar en esas extraescolares más de lo que dedican a la alimentación o la vivienda.
Corea del Sur y sus 251.562 euros para criar a un niño 373z5a
Con precios que se sitúan en una media de unos 361 euros por niño al mes, los hagwon más exclusivos y celebrados llegan a importes mensuales con una media de 1,14 millones de wones mensuales, alrededor de 723 euros al cambio actual. En comparación, lo gastado en comida y vivienda se encuentra en unos 636.000 y 539.000 wones respectivamente, equivalentes a 403 y 342 euros al cambio.
La razón detrás de que ese gasto en educación crezca año tras año según datos del Ministerio de Educación y Estadísticas, con cifras que se han ido incrementando un 10,8% en 2022 y un 4,5% en 2023, se entiende mejor en base a dos problemáticas. Por un lado el descenso en la natalidad de Corea del Sur alcanzando una media de 0,72 hijos por mujer, lo que implica que el esfuerzo por sacar adelante el futuro de esos críos se convierta en una emergencia nacional.
Por el otro, que frente a las ayudas del gobierno para impulsar la natalidad con ayudas directas, paradójicamente también están provocando que, con subidas en la cuota de isión para carreras como la de medicina, Corea del Sur se ha convertido en uno de los lugares en los que sale más caro criar a un hijo. Según recogía el diario surcoreano Chosun Ibo, criar a un hijo hasta los 18 años supone un coste de 7,79 veces el PIB per cápita. En cifras, el equivalente a 251.562 euros al cambio.
Con Corea del Sur convertida en el país que más dinero gasta en clases particulares y academias privadas de la OCDE, la brecha provocada por esa necesidad de gastar cada vez más y más hace que la democratización de la educación infantil deje de tener sentido, haciendo así que sólo las familias más ricas puedan llevar a sus hijos a estas instituciones y perpetuando una diferencia de clases que se ve asfixiada por esa necesidad de explotar al máximo los pocos recursos humanos que plantea su baja natalidad.
Con jornadas de estudio que se elevan hasta las 11 horas diarias entre el colegio y las extraescolares, ese aumento en la competitividad y el precio de estar a la altura del resto ha generado un círculo vicioso en el que no sólo termina sufriendo la economía de las familias, sino también en el bienestar emocional y la salud mental de unos estudiantes que se ven abocados a esa presión desde la etapa preescolar.
Imagen | Randoseru
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