Como quizá sabréis, este final de mayo no ha salido únicamente Tainted Grail: The Fall of Avalon, no hay que quejarse. El RPG de Questline hace muchas cosas bien, y aunque su exploración no lo convierte en el mejor de su clase, sí logra una hazaña importante: apelar a tu curiosidad con una idea de Red Dead Redemption 2.
Tainted Grail es un juego complejo. Por un lado, la sensación general es la de estar ante un The Elder Scrolls 5.5, una versión mejorada del Skyrim que todos conocemos, con un combate infinitamente superior. Sin embargo, el nuevo juego de Questline es mucho más profundo que aquel título de 2011 —el paso del tiempo obliga, claro—, pero también es hijo de su época y, como tal, incorpora mecánicas curiosas y aparentemente extrañas para su concepción, como ciertas ideas de survival. Una de ellas es el diario; una excusa perfecta para despegarme un rato de la pantalla y escribir algo antes del análisis completo del juego.
Tainted Grail: The Fall of Avalon da un incentivo para explorar de verdad
Como en todos los juegos del estilo, tenemos una buena lista de misiones y tareas que se van alargando hasta el infinito —o acortando, según lo maniáticos que seamos y nuestras ganas de completarlo todo—. Pero no me refiero al clásico diario de misiones, sino a uno visual que nosotros podemos ir rellenando. Ya en la primera de las tres regiones del juego, en la fortaleza de los Cuernos del Sur, podemos comprar un diario a la vendedora local. Lejos de servir para una misión o tener utilidad futura, es perfecto para llevar tus memorias.

Al igual que aquel libreto que llenaba Arthur Morgan en Red Dead Redemption 2, con el que solo podíamos interactuar para expandir el lore del mundo o las relaciones entre personajes, Tainted Grail quiere que seas tú quien lleve la cuenta de los mejores lugares que visitas —o incluso de los más anodinos—. Eso contribuye no solo a la inmersión, sino también a tus ganas de explorar. En este aspecto, como decía, Tainted Grail no tiene el mejor planteamiento. A pesar de incluir ciertas misiones de recadero —el ADN de todo mundo abierto—, el equipo polaco trabaja la exploración como nadie al apelar directamente a tu curiosidad.
Tainted Grail quiere que seas tú quien lleve la cuenta de los mejores lugares que visitas
Muchas veces lo hace deformando el mundo, con detalles como un trol encadenado y torturado —sí, eso encuentras en el primer mapa—, o destacando torres y fortalezas en mitad del bosque. Pequeñas migas de pan que invitan a seguir caminando. No es un mundo plano, aunque tampoco el más interesante del panorama. Pero, gastando apenas un par de monedas, y en el mismo menú donde seleccionas la hoguera, puedes abrir un diario en blanco con un carboncillo en la mano derecha y dibujar lo que ves. Porque esta es tu aventura, y tú decides qué hacer con ella.

Lo mejor de todo es que, lejos de ser algo como los dibujos sumi-e del reciente Assassin's Creed Shadows —que implican encontrar un punto concreto del mapa con un guion prefijado—, Tainted Grail permite dibujar con libertad. ¿Un árbol marchito en mitad del camino? Puedes hacer un boceto. ¿Un personaje importante como Gallahad, caballero de la Mesa Redonda? Puedes inmortalizarlo. No hay límites para el diario visual y se puede usar tantas veces quieras en todas las ubicaciones que precises, sin cortapisas o impedimentos. ¡Como si quieres dibujar una piedra!
Tus dibujos quedarán guardados en tu inventario como bocetos de tu vida jugable
Es, en la práctica, como un modo foto integrado en el juego, pero sin menús y como parte natural del mundo de Tainted Grail. Aunque tiene ciertas limitaciones. No me refiero a errores, sino a la dificultad para entender hasta dónde puede llegar. La idea de llevar un diario visual de lo que ves y visitas es tremendamente atractiva y estimula el deseo de explorar y sacar tu lado artístico. Pero apenas pasa de ser un "caramelito" mecánico e inmersivo. No puedes añadir anotaciones ni comentarios, aunque tus dibujos quedarán guardados en tu inventario como bocetos de tu vida jugable.

Un vistazo al pasado, a la aventura que vas completando y a los personajes o eventos que dejas atrás. Es una forma de sentirte parte del mundo. Emula al protagonista de aquella obra maestra del Salvaje Oeste, cuya afición por el dibujo no era otra cosa que su forma de dejar un legado. Al final, gran parte de la historia de Arthur trata sobre cómo no puede dejar nada en este mundo una vez se vaya… o sí, dependiendo del final que escojas. Lamentablemente, nadie leerá ese legado, pero significó un momento de paz para el protagonista.
Tainted Grail quiere que descanses, que no todo sea matar por matar, y que pintes tu propia aventura. Aunque sabías que puedes usar el libro y el carboncillo para matar? Hacen 33 de daño, así que, con un par de golpes, puedes eliminar a un gnomo. Ahí lo dejo.
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