Durante el último año la Generación Z ha hecho crecer un 36% el hashtag "noughtiesnostalgia" mientras convierten en una moda propia lo que ocurrió cuando muchos de ellos ni siquiera habían nacido. El fenómeno de los noughties, que hace referencia a la cultura pop de los 90 y principios de los 2000, se ha convertido en una suerte de cápsula de escape para unos jóvenes a los que la situación actual no invita a la esperanza.
Volver al pasado en forma de resucitar a ídolos de la época como Avril Lavigne o Lindsay Lohan, recuperar la moda de los realities de televisión, e incluso apoyarse en series y películas de aquella época como Las Chicas Gilmore o Toy Story, parecen haberse convertido en la válvula de escape perfecta para las frustraciones de una Generación Z que, además, anhelan una sencillez tecnológica que tampoco vivieron.
La Generación Z y su nostalgia noughtie 1353r
La fatiga digital parece estar empujando a los jóvenes a soñar con una época en la que la hiperconectividad actual no tenía cabida por una mera cuestión técnica. Un pez que se muerde la cola en el que, precisamente por esa conexión constante actual, se ven bombardeados con vídeos que recuperan la estética y día a día de los 90 y los 2000 despertando una envidia sana. Es como si el FOMO hubiese saltado de los deseos actuales a la nostalgia generacional.
El fenómeno, conocido como anemoia, se describe por los expertos como una nostalgia frente a experiencias que no has vivido o conocido de primera mano. Es precisamente en ese flujo constante de recuerdos en los que aparentemente todo era felicidad y bienestar donde los algoritmos de TikTok y redes sociales parecen haber encontrado un filón para mantener enganchada a una Generación Z huérfana de ese tipo de momentos.
Frente al contexto sociopolítico y económico al que se enfrentan los jóvenes, refugiarse en esa época de los noughties sirve como una especie de consuelo y, de rebote, las empresas que sí vivieron aquella época y gozan de muchos recursos esperando a ser explotados de nuevo, aprovechan el impulso para hacer que vuelva a girar en forma de modas y tendencias que conocen a la perfección.
Aunque la nostalgia generacional es algo que nuestra civilización experimenta salto tras salto, la obsesión que parece haber despertado entre la Generación Z ha empezado a alarmar a los expertos. Lo lógico es que, tras ese impulso inicial, la tendencia derive hacia una transformación de la generación anterior que haga de ella algo más suyo, algo propio, pero en esta ocasión la anemoia parece estar empujándolos a, simplemente, querer quedarse anclados en un pasado que no vivieron.
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