La franquicia Predator lleva más de tres décadas intentándolo. A veces con aciertos, otras veces con sonoros tropiezos (lo digo por ti, Shane Black), pero siempre con la misma promesa: la del gran cazador alienígena que llega a nuestro mundo, o a cualquier otro escenario hostil, con la única intención ritualista de probar su fuerza frente a presas dignas. En esta ocasión, Predator: Asesino de Asesinos (Predator: Killer of Killers, en su título original), da el salto al terreno de la animación con una propuesta ambiciosa, que desde el primer fotograma deja claras sus intenciones: fusionar el espíritu brutal de los cómics del Universo Expandido de Predator con una estética visual que bebe descaradamente del éxito de Arcane, la aclamada serie animada de Riot Games y Fortiche basada en League of Legends. Sin embargo, como en cualquier cacería, la estrategia importa. Y aquí, el gran cazador ha fallado al tratar de atraparme.
El argumento convence… pero no lo sostiene todo
En lo narrativo, Predator: Asesino de Asesinos no está mal encaminada. El guion, que se apoya con fuerza en los cimientos construidos por el Universo Expandido, cómics, novelas y relatos que durante años han ido alimentando la mitología de los Yautja, plantea un mosaico de relatos interconectados que saltan entre líneas temporales y escenarios de lo más variados. Desde mundos alienígenas con clanes enfrentados hasta conflictos humanos en la Tierra que se entrelazan con el legado de estos cazadores estelares, la película juega a presentar fragmentos de un universo más amplio, y por momentos, lo consigue.
Predator: Asesino de Asesinos es, en el fondo, una buena idea mal ejecutada
Predator: Asesino de Asesinos, dirigida por Josh Wassung y Dan Trachtenberg, nos traslada a distintos momentos del pasado de la humanidad para narrar una serie de enfrentamientos entre los icónicos cazadores alienígenas y distintas civilizaciones humanas a lo largo de la historia. Desde el Japón feudal hasta la Segunda Guerra Mundial, la película entrelaza varias tramas cronológicas para explorar cómo estos letales depredadores han desafiado a la humanidad a través del tiempo, ampliando así la mitología de la franquicia con un enfoque más ambicioso y coral.
Ese enfoque fragmentario no es casual. De hecho, uno de sus mayores logros es que el material se siente perfectamente adaptable al formato episódico. Hay escenas que piden a gritos más desarrollo, personajes que podrían sostener su propio arco narrativo, y conexiones entre tramas que podrían haberse beneficiado de un mayor espacio. El potencial está ahí, y no es descabellado pensar que esta película podría haber funcionado mejor como serie.

Una animación que imita sin encontrarse su propio estilo
Pero por muy sólido que sea el planteamiento narrativo, Predator: Asesino de Asesinos fracasa en su apartado visual. Y es una pena. Pero es que la propuesta de la película se ha visto clara desde el primer momento: intentar reproducir, o al menos acercarse, al estilo artístico rompedor y vanguardista de Arcane. Sin embargo, lo que en la serie de Fortiche era dinamismo, precisión y belleza plástica, aquí se convierte en una animación farragosa, tosca y pobre.
La sensación que transmite el conjunto es la de haber sido elaborado o justos de presupuesto o cortos de tiempo. Las escenas de acción, que deberían ser el plato fuerte tratándose de Predator, resultan excesivamente entrecortadas, con movimientos erráticos y un montaje que desconcierta más que emociona. En general su aproximación estética, lejos de aportar personalidad o fuerza expresiva, genera un efecto casi rudimentario, como si estuviésemos viendo una versión preliminar o un render sin terminar.

Y si hablamos de diseño de personajes, la situación no mejora. Los Yautja impresionan, pero sus contrapartidas humanas no podrían ser más genéricas y poco inspiradas. Las animaciones resultan por momentos inexplicablemente rígidas y su imponente presencia se diluye entre texturas poco inspiradas y una iluminación que no siempre favorece a la composición o a lograr una tonalidad emocional acorde con la narrativa.
La comparación con gigantes recientes de la animación como Arcane o las películas de animación de Spider-Man la dejan en muy mal lugar
Teniendo en cuenta las grandes piezas de animación que estamos disfrutando en los últimos meses, y no pienso solo en Arcane, me resulta incomprensible para para un proyecto al que se presupone un abultado presupuesto. Aunque como os decía antes, y dado que no se ha hecho pública una cifra, a lo mejor no lo ha sido tanto y en realidad nos encontramos ante uno de esos proyectos que tienen mucho de experimento. En resumen: la dirección artística no está a la altura de la ambición del proyecto.

Cuando el homenaje se convierte en lastre
Lo peor es que todo este apartado visual no falla por falta de referencias, sino por exceso de ellas. Y no me refiero a los guiños que esta película hace a su propia mitología, que me ha parecido muy disfrutable. Predator: Asesino de Asesinos quiere ser Arcane, pero se queda tremendamente lejos de lograrlo. Imagino que por eso Fortiche solo hay uno. Fortiche tardó años en construir el mundo visual de Piltover y Zaun, y lo hizo con una atención al detalle enfermiza que se traduce en cada encuadre, cada textura y cada transición.
Aquí, ese intento de imitación se convierte en una losa. En lugar de apostar por una estética propia, con identidad visual coherente con el universo de Predator, se ha intentado replicar una fórmula de moda que no solo no encaja del todo, sino que acaba realzando las propias carencias técnicas de la producción. Creo que poco tiene que ver con el uso de Unreal Engine para construir el proyecto, si no con una visión global del apartado plástico del mismo. Como ya os explicamos en 3DJuegos, la producción ha apostado por un enfoque pionero que combina el motor gráfico de Epic Games con técnicas artesanales, como fondos pintados a mano y animación de personajes inspirada en métodos tradicionales. Esta innovadora integración busca un equilibrio entre la inmediatez y flexibilidad del renderizado en tiempo real y la estética artística del cine clásico, marcando un hito en la aplicación de Unreal Engine dentro de la industria cinematográfica. El resultado es una película que, lejos de deslumbrar, decepciona. Y eso, en una franquicia donde la atmósfera y la estética juegan un papel crucial, es un error mayúsculo.

Algunos hallazgos, pero insuficientes
Eso no quiere decir que todo sea un desastre. De cuando en cuando, Predator: Asesino de Asesinos logra algunas escenas potentes. Hay secuencias concretas que combinan bien sonido, ambientación y ritmo, generando ese tipo de tensión silenciosa tan característica de la saga. Además, la banda sonora acompaña con acierto, y se percibe un esfuerzo por dotar de cohesión sonora al universo propuesto. Si eres fan de la saga seguro que disfrutas el visionado, pero no creo que se convierta en la entrega preferida de la serie para nadie.
También hay una cierta belleza en la forma en que se entrelazan los diferentes relatos, haciendo uso del legado expandido de la franquicia. Como ya vimos en Predator: Prey, una de las pocas entregas recientes que supo renovar la fórmula sin traicionarla, el recurso de acudir a los orígenes y explorar nuevas culturas y contextos funciona muy bien con los Yautja. Aquí, aunque de forma algo más superficial, se repite ese acierto, lo que da cierta esperanza para futuros proyectos.

El camino correcto… con el mapa equivocado
Predator: Asesino de Asesinos es, en el fondo, una buena idea mal ejecutada. Tiene una narrativa con potencial, un universo rico que explorar y una intención clara de renovar la franquicia a través de nuevos formatos. Pero en lugar de marcar su propio camino visual, ha preferido seguir los pasos de un gigante como Arcane… y ha tropezado. Quizá con más tiempo, más presupuesto y un equipo artístico más afinado, estaríamos hablando de un gran acierto. O simplemente buscando su propia personalidad, en lugar de tratar de sumarse a un moda de manera que la comparación con gigantes recientes de la animación como la citada Arcane o las películas de animación de Spider-Man la dejan en muy mal lugar. Pero a día de hoy, esta producción se queda corta en casi todo lo que importa en una experiencia animada de ciencia ficción: personalidad, identidad visual y solidez técnica.
A pesar de todo, si eres fan de Predator, probablemente quieras echarle un vistazo. Hay momentos, aunque sean escasos, en los que la esencia de los cazadores estelares resurge. También hay momentos de acción realmente sorprendentes. Pero en general la sensación es la de haberlo visto todo antes y haberlo visto mejor. Y si lo tuyo es el lore expandido y las mitologías complejas, el entramado narrativo de esta película puede resultar estimulante. Pero si vienes buscando un espectáculo visual al nivel de Arcane, mejor rebaja tus expectativas. El gran cazador del cine de ciencia ficción ha salido una vez más en busca de presas… pero esta vez, la trampa no funciona. Predator: Asesino de Asesinos estará disponible en Disney+ a partir del 6 de junio.
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