El videojuego que está ayudando a rediseñar ciudades reales. Este city builder ya no es solo una simulación

No todo el mundo puede ser urbanista, pero casi todos hemos sentido alguna vez la tentación de rediseñar una ciudad. Arreglar el tráfico infernal de tu barrio, repensar cómo se distribuyen los servicios públicos o simplemente colocar un parque donde antes había un descampado. Hay algo profundamente humano en querer ordenar el caos, en dar forma al espacio que habitamos.

Cities: Skylines se alimenta de esa mezcla entre creatividad y responsabilidad que define el urbanismo real. Pero lo que empezó como un juego de construcción se ha convertido, con el tiempo, en una herramienta inesperada: desde aulas de arquitectura hasta despachos municipales, cada vez más gente lo usa para experimentar, aprender o explicar cómo funciona una ciudad.

Porque, a veces, el camino para entender la complejidad del mundo no está en los libros de texto, sino en los videojuegos. Cities: Skylines no solo te permite construir, te obliga a pensar como alguien que debe cuidar de miles de habitantes. Y eso, para muchos, es el primer paso para comprender el poder (y el peso) de imaginar una ciudad mejor.

En la última década, Cities: Skylines ha trascendido su rol como videojuego de simulación para convertirse en una herramienta educativa y profesional en el ámbito del urbanismo. Desarrollado por Colossal Order y lanzado en 2015, el juego permite a los jugadores diseñar y gestionar ciudades, enfrentándose a desafíos reales como la planificación del transporte, la gestión de recursos y el desarrollo sostenible. Su realismo y flexibilidad han captado la atención de educadores y profesionales, quienes lo utilizan para enseñar conceptos de urbanismo y planificar proyectos reales.

Aprendiendo urbanismo con Cities: Skylines

Muchas instituciones educativas han incorporado Cities: Skylines en sus programas para enseñar urbanismo de manera interactiva. Por poner un ejemplo, en diciembre de 2022, Sustrans Scotland y el equipo de Desarrollo de la Fuerza Laboral Juvenil de Edimburgo y Lothians utilizaron el juego en una sesión de diseño urbano en la escuela secundaria Tynecastle High School. El objetivo era introducir a los estudiantes en el concepto de "vecindarios de 20 minutos", donde todas las necesidades diarias se satisfacen a una corta distancia andando. Los estudiantes trabajaron en un modelo de Edimburgo dentro del juego, explorando cómo mejorar su entorno local. Los resultados mostraron que el juego facilitó la comprensión de conceptos urbanos complejos y fomentó la participación activa de los estudiantes.

En la Universidad Estatal de Ohio, el profesor asistente Kareem Usher utiliza Cities: Skylines en el curso CRPLAN 2110 para enseñar a los estudiantes de planificación urbana sobre el diseño de ciudades y regiones innovadoras. Los estudiantes crean ciudades desde cero, abordando sectores como el desarrollo económico, la vivienda, el desarrollo comunitario y el transporte. Usher destaca que el juego permite a los estudiantes comprender las complejas interdependencias que rigen los sectores de planificación al involucrarlos como principales responsables de la toma de decisiones.

Además, Paradox Interactive, en colaboración con TeacherGaming, lanzó una versión educativa de Cities: Skylines en mayo de 2019. Esta edición incluye ocho misiones centradas en temas como la planificación urbana sostenible y el Índice de Desarrollo Humano, adaptadas para su uso en entornos escolares.

Aplicaciones en la planificación urbana real

Más allá del ámbito educativo, Cities: Skylines ha encontrado aplicaciones en la planificación urbana profesional. Urbanistas y autoridades locales han utilizado el juego para visualizar y comunicar ideas de planificación a las comunidades. Por ejemplo, en Estocolmo, se utilizó el juego para ayudar a los residentes a conceptualizar y sugerir cambios en un nuevo desarrollo urbano en Norra Djurgårdsstaden, con objetivos de 12,000 viviendas y 35,000 espacios de trabajo.

El juego también ha sido utilizado por aficionados y profesionales para abordar desafíos urbanos reales. YouTubers como Biffa han recreado ciudades reales dentro del juego para proponer soluciones a problemas de tráfico y planificación. En uno de sus vídeos, Biffa rediseñó el tráfico del puente Golden Gate de San Francisco dentro del juego, mostrando cómo pequeños ajustes en el ancho de los carriles y la dirección del tráfico podrían aliviar la congestión.

Además, Cities: Skylines ha sido objeto de estudios académicos que analizan su potencial como herramienta educativa en la planificación urbana. Un estudio publicado en 2025 en la revista Media and Communication destaca que la versión digital del juego funciona como un simulador modificable, útil para la planificación logística y del transporte, mientras que su versión en realidad virtual involucra visceralmente a los jugadores en procesos simulados, aplicables en segmentos de diseño enfocados en la planificación urbana.

Limitaciones y consideraciones

A pesar de sus beneficios, es importante reconocer las limitaciones de Cities: Skylines como herramienta educativa y profesional. El juego simplifica ciertos aspectos del urbanismo y puede reforzar ideas erróneas si no se contextualiza adecuadamente. Por ejemplo, el énfasis en la fluidez del tráfico puede llevar a soluciones que le den prioridad al automóvil sobre otros modos de transporte. Además, la representación de problemas urbanos complejos, como la gentrificación o la desigualdad socioeconómica, es limitada. Por lo tanto, es esencial complementar el uso del juego con discusiones críticas y materiales educativos adicionales.

Cities: Skylines ha demostrado ser más que un simple videojuego; es una herramienta versátil que, cuando se utiliza adecuadamente, puede enriquecer la educación y la práctica profesional en urbanismo. Su capacidad para simular sistemas urbanos complejos y permitir la experimentación en un entorno seguro lo convierte en un recurso valioso para enseñar y explorar conceptos de planificación urbana. Sin embargo, su efectividad depende de una implementación cuidadosa y de la integración con enfoques educativos y profesionales más amplios.

Quizá lo más bonito de Cities: Skylines es que, sin importar si lo usas para enseñar en una clase, planificar una ciudad real o simplemente para relajarte después de un largo día, siempre te recuerda algo esencial: las ciudades no son solo carreteras y edificios, son sistemas vivos hechos de decisiones humanas. En cada calle que trazas, en cada parque que colocas y en cada fallo que cometes, hay una réplica a pequeña escala de las decisiones que afectan a millones en el mundo real. Y, en esa pequeña maqueta digital, hay espacio para experimentar, para equivocarse y aprender, pero también para imaginar un mundo mejor. Cities: Skylines no solo enseña urbanismo: nos enseña empatía urbana, la capacidad de pensar en cómo viven los demás, cómo se mueven, qué necesitan. Y eso, en los tiempos que corren, es una herramienta tan poderosa como cualquier manual de teoría.

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