Cuando pensamos en Nintendo, lo primero que nos viene a la mente son rostros icónicos: Mario, Link, Samus, Pikachu... Pero entre saltos, mazmorras y pokéballs, existen pequeños secretos ocultos que incluso los fans más dedicados podrían pasar por alto. Cameos inesperados, referencias cruzadas y apariciones absurdamente escondidas forman parte del ADN de la compañía, demostrando que su magia también vive en los detalles invisibles.
El cameo de Totaka que siempre pasa desapercibido y un guardián oculto
Kazumi Totaka, compositor habitual de Nintendo, es el protagonista de uno de los cameos más recurrentes y difíciles de encontrar. Su famosa "Totaka’s Song", que consiste en una breve melodía de prácticamente 19 notas, está oculta en juegos tan distintos como Animal Crossing. Lo más curioso es que, en muchos casos, para activarla es necesario esperar varios minutos en pantallas donde aparentemente no pasa nada. Un homenaje discretito e íntimo que convierte a Totaka en una especie de fantasma musical dentro de Nintendo.
Luigi’s Mansion ya es, de por sí, una obra llena de misterio. Sin embargo, pocos saben que existe una escena extremadamente difícil de volver a ver donde aparece la silueta de Luigi... ¡colgando del techo! Durante una tormenta, si estás en la habitación adecuada en el momento justo, un relámpago proyecta en la pared una imagen que muchos jugadores bautizaron como un "Luigi fantasma". Aunque Nintendo nunca confirmó la intención detrás de este detalle, la leyenda urbana sigue viva, como si el mismísimo Shigeru Miyamoto hubiera dejado allí una pista para los más curiosos.
Un extraterrestre escondido y un invitado especial
Entre la colección de momentos extraños que ofrece Majora’s Mask, hay un cameo que roza lo paranormal. En la misión de la Granja Romani, Link debe enfrentarse a unos misteriosos "visitantes". Estos enemigos no son fantasmas ni criaturas mágicas tradicionales: son claramente extraterrestres con grandes ojos negros y un comportamiento la mar de inquietante. Para una saga tan metida en la fantasía medieval, introducir una invasión alienígena es sin duda uno de los giros más excéntricos de Nintendo. Y aún así, funciona de maravilla dentro de ese universo perturbador.

En Kirby’s Dream Land 3 para Super Nintendo, hay un cameo escondido que probablemente muchos jugadores nunca hayan notado: Samus Aran aparece en una de las fases ayudando a Kirby a derrotar unos extraños parásitos. Para encontrarla, hay que cumplir requisitos específicos y resolver ciertos acertijos dentro del nivel. Esta aparición une de forma sutil dos franquicias aparentemente muy distintas, confirmando que, en el fondo, Nintendo nunca ha tenido miedo de romper la cuarta pared de sus propios mundos.
La aparición de Mario… en un lugar muy oscuro y un guiño a los nostálgicos
En The Legend of Zelda: A Link to the Past, dentro del Castillo de Hyrule, se puede encontrar un cuadro colgado en la pared que muestra la cara de Mario. Un detalle tan pequeño que pasa desapercibido para la mayoría de jugadores, pero que muestra la divertida costumbre de los desarrolladores de incluir guiños cruzados en sus diferentes sagas. En un juego donde el tono épico y misterioso son la norma, ver a nuestro alegre fontanero en un marco es un recordatorio de que, para Nintendo, el humor nunca está del todo fuera de lugar.

Splatoon parece un universo completamente independiente, pero Splatoon 2 incluyó un objeto de decoración para los fans atentos: una figurita de Mr. Saturn, el personaje de EarthBound. Aunque no tiene nada de jugable, su mera presencia en el centro de la plaza y como ítem para personalizar el entorno es un guiño maravilloso a los fans más veteranos. Un pedacito de nostalgia en medio de un juego frenético que respira juventud y rebeldía.
Los Pikmin invadiendo Super Smash Bros. Brawl y una ballena inesperada
Aunque Super Smash Bros. es conocido por su festival de personajes, Brawl incluye cameos más escondidos todavía. Durante la fase del escenario Distant Planet, si miras con atención al borde de la pantalla, verás pequeños Pikmin llevando hojas y trozos de comida. No están peleando, no forman parte del combate: simplemente viven su vida al margen, como si el escenario fuera su hogar natural. Es un detalle que aporta una sensación de mundo vivo impresionante para su época. Obviamente luego también puedes pikearlos a través de Olimar, pero eso ya es otra historia.
En uno de los niveles de Pilotwings 64, un juego de vuelo relativamente tranquilo y técnico, puedes encontrar una ballena gigante surcando el cielo. No es parte de ningún objetivo, ni influye en el progreso del jugador: simplemente está allí, como un capricho visual escondido. Una joya para quienes exploran sin prisas, demostrando que en Nintendo siempre ha existido una fascinación por llenar sus mundos de pequeñas maravillas sin explicación alguna.
Nintendo y el arte de los secretos
A lo largo de las décadas, Nintendo ha demostrado que su talento no sólo está en crear juegos adictivos—que tiene mucho mérito ya de por sí—, sino en dotarlos de una vida secreta que recompensa la curiosidad. Estos cameos raros, ocultos muchas veces a simple vista, reflejan una filosofía muy especial: la de construir mundos que siguen contando historias incluso cuando el jugador no las está buscando.
En una industria que cada vez apuesta más por la espectacularidad, Nintendo sigue apostando por el encanto de lo pequeño, de lo que se descubre cuando bajas la guardia y exploras sin expectativas. Puede que nunca encontremos todos los secretos que esconden sus juegos, pero quizá esa sea precisamente la mayor prueba de su magia.
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