Veredicto final de Switch 2, la consola de Nintendo que tiene una herencia envenenada y un arranque inmejorable

Ya ha vendido más de 3 millones de unidades en sus primeras 24 horas y Nintendo espera que este número llegue a los 15 millones en el primer año fiscal, que termina en marzo de 2026. Pero, más allá del fenómeno en ventas, ¿cómo está siendo Nintendo Switch 2 en nuestras manos? Llevo desde (antes de) su lanzamiento con la consola en casa y el resultado va quedando cada vez más claro: bueno y esperanzador, pero más familiar de lo que estamos acostumbrados.

Tengo la teoría de que cada vez más las consolas van a ser como una versión Pro de la anterior versión Pro de la anterior versión Pro, en vez de nuevas generaciones reales, a medida que nos acercamos a esa especie de techo tecnológico en el que los saltos no son tan notorios. Y sí, no soy muy original en esto, cuando desde hace ya muchos años, se lleva hablando de ello. En el caso de Nintendo Switch 2, creo que este hecho viene sobre todo por un intento de la propia nipona por eliminar toda fricción: Nintendo Switch 2 quiere que se sienta como Nintendo Switch, pero más potente. De esta manera, hasta el propio menú de la consola es exactamente el mismo; incluso las nuevas opciones y pestañas también aparecen ahora en la consola original.

Esto tiene un doble filo: la transición es instantánea y no requiere ningún periodo de aprendizaje. Incluso la transferencia de datos es muy sencilla y se hace sin muchas complicaciones (aunque cuidado, requiere hacerla al principio o tendrás que resetear la consola de fábrica). Pero también supone que no tienes esa sensación de "nuevo" que suelen querer gritar los nuevos productos tecnológicos con sus nuevos menús y funciones que solo el nuevo hardware es capaz de hacer.

Familiar por fuera, más potente por dentro

Aquí digamos que la diferencia está en el interior. Su nuevo chip de Nvidia es más potente y se quiere dejar notar en una muy diversa experiencia de juegos. Desde ese juego bandera que es Cyberpunk 2077 como una especie de mensaje a la industria y al jugador de que "eh, cualquier juego actual puede llegar a Switch", e incluso las actualizaciones del catálogo original, con sus resoluciones mejoradas y tasas de frames a 60 fps.

Incluso la horrible experiencia que suponía navegar por la eShop ha sido subsanada, ya que la consola ahora dedica más núcleos a nivel interno para gestionar mejor estas operaciones y que no ocurra como la tienda de Switch 1, en la que todo iba tan lento que lo que menos te apetecía era comprar.

Pero, además de la potencia extra de la máquina, el también ha mejorado (al menos, con respecto a la pantalla del anterior modelo base, claro está). 7,9 pulgadas es un muy buen tamaño, que creo que es el estándar para las nuevas portátiles, incluso por encima de la recién anunciada ROG Xbox Ally, que tiene 7 pulgadas. Tiene además un refresco de 120Hz y es VRR, aunque Nintendo todavía no ha conseguido trasladar esta función a una pantalla externa. La consola además es compatible con HDR, pero el no es técnicamente un HDR real: no alcanza el pico de brillo de HDR profundo y aunque tiene una salida de 10 bit de profundidad de color, la realidad es que el HDR10 que posee es más bien un protocolo de comunicación que un certificado real DisplayHDR. El resultado es que los colores pueden verse más saturados y brillantes, pero para sacar HDR real la consola debe estar conectada al dock y a un HDR compatible.

Aún así, creo que el no se ve del todo mal, sobre todo, como digo, comparado con el de la Switch base origina. Posee un brillo de 450 nits al máximo, con un efecto en la pantalla bastante reflectante, sí, pero que suele dar un acabado bonito propio de estos es glossy.

Los Joy-Con son ahora más grandes, ya que la propia consola lo es. Quizá la mayor novedad es que, en esta ocasión, ya no se introducen por una ranura, sino que van imantados con uno de los imanes más potentes que he visto en un dispositivo tecnológico, la verdad. Hay que hacer mucha fuerza para despegarlos y, para no tener que aplicarla tú directamente, tienes el botón de desanclaje que funciona a modo de palanca. Pero ojo, porque pueden acoplarse al revés, si no prestas atención al color.

Como en la pasada generación, viene con su propio adaptador para crear un mando externo, el famoso perrete, pero ¿se controlan mejor que el anterior modelo? Bueno, son más grandes y eso puede hacerlos algo más cómodos, pero en líneas generales: no. Si no te parecieron excesivamente cómodos antes, tampoco te lo parecerán ahora. Sigue habiendo poca ergonomía en el agarre y menos recorrido y sujeción en cada stick. Por cierto, sticks que ya se está concluyendo que poseen la misma tecnología proclive al drift. Sí, Nintendo seguirá ofreciendo la garantía, pero sorprende que no hayan querido abordar el problema directamente.

El nuevo dock es muy parecido al original, pero con formas más redondeadas en su parte superior y posterior. La tapa de atrás ahora se quita completamente, en vez de deslizarse por las bisagras inferiores, lo cual es curioso, pero imagino que será así para que sea más cómodo conectar los cables. Cables que, por cierto, ahora incluyen directamente una entrada a Ethernet como hizo el modelo OLED de la original.

Curiosamente, a veces me cuesta un poco más encajarla en este Dock que con la primera Switch, pero creo que no es por el diseño, sino el peso. Switch 2 pesa 534 gramos con los Joy-Con conectados a diferencia de los 399 gramos que pesaba la original. ¿Cansa en las manos? No me ha parecido, sobre todo acostumbrado a las consolas portátiles PC, pero al cogerla con una mano para introducirla en el dock, sí lo he notado un poco más.

Otra de las dudas que ha arrastrado la consola es si con la potencia extra se incrementa también el calor y el ruido. Después de muchas pruebas, de momento tengo buenas noticias. Y digo de momento porque todavía no hay demasiados juegos en el catálogo, pero jugar a Mario Kart World es una experiencia completamente libre de ruido de ventiladores que, aunque están disipando el calor, no se levantan hasta el punto de escucharlos ni con el sonido completamente apagado.

Además, tampoco he notado que la consola se caliente en exceso. Incluso me ha sorprendido que el aire que salía del disipador en algunos momentos era más templado que caliente. No me extrañaría que el TDP máximo al que está funcionando ahora mismo Switch 2 fuera exageradamente bajo, de entre 5W y 10W, aunque la consola tenga capacidad para aumentar más este límite, lo cual quizá podría liberar en algunos juegos en concreto y, por supuesto, al conectar al Dock.

Lo cual nos lleva a la batería, que considero que es el punto más flojo de la consola. La consola posee una batería de 5220 mAh que, según datos oficiales, permite una duración de entre las 2 horas y las 6,5 horas. Además, tiene un tiempo de carga completo de aproximadamente 3 horas. Lo que pasa es que, como suele ser el caso, los resultados suelen estar más en el lado de las dos horas que en el de las seis. Con un brillo alto y jugando sin parar a Mario Kart World tienes dos horas justas de batería, lo cual no es el resultado óptimo para un título que tampoco creo que vaya a ser el más exigente de todo el catálogo por llegar de la consola.

Razón de más para cuidar su vida útil. En los últimos tiempos, estamos viendo que cada vez son más dispositivos los que permiten limitar la carga de batería, algo que ayuda a las baterías de litio a no estresarse, puesto que cargarlas al máximo o descargarlas a menudo no suelen ayudar a prolongar su vida. Para ello, lo ideal suele ser aplicar la regla del 80-20, cargar hasta el 80% y recargar al 20%. Nintendo ha apostado aquí por un límite del 90%. Es la primera vez que veo este en vez de 80, y probablemente tenga que ver con el hecho de que no es la batería más duradera de por sí, pero si no vas a estar a menudo lejos de un enchufe, conviene que lo actives.

Qué tal van los primeros juegos de Switch 2

Pasemos ahora a analizar lo que más importa: los juegos. Los catálogos de lanzamiento normalmente no son los más boyantes. La generación pasada Nintendo se encontró con un escenario muy afortunado con el retraso y posterior conversión de Super Mario Odyssey (que es de mis Mario favoritos también.) Solo con esto ya tuvo un 2017 apoteósico que creo que Nintendo Switch 2 no podía igualar. Sí, claro, tiene Mario Kart World y ya estamos viendo su gran calidad, pero difícilmente será lo mismo.

Cyberpunk 2077 Ultimate Edition es una buena forma de demostrar que la consola puede con todo... de mejor o peor manera. El título se ejecuta bastante bien, de hecho, con una configuración y nitidez por encima de Steam Deck, aunque su tasa de frames es inconsistente y en ocasiones puede llegar a los 20 fps, algo que levanta fantasmas del pasado con el título además. Lo curioso del juego es que permite probar el ratón y teclado USB. Sí, por si aún no lo sabías, la máquina ite ratón y teclado reales de ordenador y funcionan perfectamente con este y otros juegos compatibles.

También he podido probar el modo ratón del Joy-Con y es más que un gimmick: funciona con mucha precisión, aunque no sea la opción más cómoda. Pero entre esta función y el ratón convencional, me alegra que podamos ver mayor compatibilidad con un montón de juegos de PC que siempre han tenido que buscarse las castañas para adaptar el control a mando, como aventuras gráficas y juegos de estrategia.

Con todo, el catálogo inicial no es el más espectacular, pero creo que Nintendo sigue el mismo plan de siempre: que sus juegos no se pisen entre sí, de manera que prefiere lanzar escalonadamente los títulos para seguir con ese Pokemon Legends Z-A y, esperamos, alguna sorpresa para final de año como el anuncio de un nuevo Mario, que terminaría por definir un arranque excelente.

Mientras tanto, creo que seguiremos viendo muchas actualizaciones de juegos ya existentes. Lo cierto es que, si tenías algún juego por jugar, estas actualizaciones son muy agradecidas. Jugar a Breath of the Wild o Tears of the Kingdom con el paquete de mejora es realmente transformador. Pasamos de los 900p y 30 fps a un escalado de 1440p a 4K con 60 frames por segundo, lo cual es una diferencia muy notoria en un título que exige a veces una respuesta más precisa y también unas distancias más nítidas a la hora de explorar sus mundos abiertos.

Estas actualizaciones son, por llamarlo de alguna manera, , cuestan 10 euros mejorar tu juego que ya tenías o también puedes acceder a ellas con la suscripción de Nintendo Switch Online + Paquete de Expansión. También puedes comprar el juego completo con la edición Nintendo Switch 2 Edition, que es un nombre extraño, la verdad, porque el juego puedes ejecutarlo perfectamente en una Switch 1. Y doblemente curioso porque existen verdaderas Switch 2 Edition, como Hogwarts Legacy que, comprando la edición de Switch 2, no accedes a la de Switch 1.

Como siempre, a veces Nintendo hace difícil lo fácil en sus formas de catalogar las cosas. Le pasa lo mismo con todo lo que ha creado alrededor de las tarjetas de juego virtuales, que no dejan de ser tu juego digital de toda la vida. La compañía incide mucho en que es como si estuviera insertada, de manera que si juegas en otra consola tienes que expulsarla de una máquina para jugar en la otra. Quizá lo ha hecho por evitar eso que ocurre en otras consolas. Por ejemplo, PlayStation 5 corta tu partida si arrancas el juego con tu sesión en otra máquina, pero, al caso, es exactamente eso: tus juegos digitales de toda la vida.

Hay, además, actualizaciones que no son de pago. Algunas son más dedicadas como sucede con los juegos más famosos del catálogo, como Super Mario Odyssey o Bayonetta 3, cuyo framerate ahora es también más consistente.

Lo que de verdad espero es que Nintendo no se quede aquí, porque hay todavía unos cuantos títulos que se podrían beneficiar mucho de estos parches, como Donkey Kong Tropical Freeze. De nuevo, supongo que todo tiene que ver con una Nintendo que busca espaciar todo para que cada novedad tenga un poco de protagonismo.

En definitiva, Nintendo Switch 2 es ese clásico más y mejor o "si algo funciona no lo toques" que es seguro, pero exitoso. Familiar, pero menos novedoso. Depende del prisma con el que lo mires y que adjetivo pongas antes y después del pero. A mí me recuerda un poco al concepto de Super Nintendo, una consola continuista por el éxito de la anterior, pero que se consiguió colocar como una de las más queridas de la historia. Nintendo Switch 2 es, en el fondo, una Super Nintendo Switch, ese es su potencial.Pero recordemos una cosa: Super Nintendo nunca vendió tanto como NES. Esta Switch 2, sin embargo, creo que sí tiene la posibilidad de ser tan exitosa como la original. Por tanto, aunque la máquina se sienta muy familiar, no hay duda de que van a ser los juegos los que pongan el factor sorpresa y demuestren hasta dónde puede llegar el nuevo hardware.

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